La solidaridad, la empatía y la ceguera

Alto Jarama
Martes, 22 Septiembre, 2015
Volvemos de las vacaciones estupefactos, vaya veranito. Record en muertes por violencia de género (ya sean parejas, exparejas, hijos o amigas de exparejas) y record de personas muertas en el mediterraneo intentando buscarle una salida (la única que les deja la avaricia de occidente) a su vida. Como colofón final un niño varado en una playa turca que da la vuelta al mundo y despierta la empatía, la culpa y todos esos sentimentos que nos brotan cuando vemos las consecuencias del sistema en nuestra puerta. 
 
Consecuencias parecidas vemos en el estrecho cada día, expulsamos a los inmigrantes que intentan llegar con pelotas de goma, volteamos la cara ante el problema de los parados de larga duración hasta que le ocurre a algún familiar o amigo, ninguna de esas consecuencias del sistema tiene que ver con nosotros hasta que no llama a nuestra puerta. La Guerra de Siria no es cosa nuestra, la pobreza y el hambre en Africa no nos incumbe, las mujeres asesinadas forman parte de la normalidad, la precariedad en la que vive un porcentaje muy alto de españoles no nos quita el sueño, cuando todo ello son consecuencias de la política dominante (la nuestra). Hasta que aparece un niño varado en una playa y despertamos, nos enteramos de que hay 60 millones de personas pululando por el mundo buscando un refugio, como consecuencia de las guerras organizadas por todos. Nos indignamos cuando oímos que Hungría no quiere acoger a los refugiados y aplaudimos cuando nuestros gobernantes dicen que vamos a acoger a unos cuantos de esos desgraciados, los mismos gobernantes que venden las armas (para subir nuestro PIB) que mantienen esas guerras.
 
Hay una frase recogida de El Pais que resume esta barbarie: “Cuando hay gente que se asfixia en camiones y llegan cuerpos de niños a la orilla es hora de actuar”, (Yvette Cooper, una de las candidatas a liderar el Partido Laborista británico), pero........¿Por qué hay que esperar tanto?, ¿Qué mecanismo en nuestra cabeza nos impide sentir empatía por los migrantes, los parados, las mujeres, los refugiados y toda la humanidad que sufre las consecuencias del mundo en que vivimos, que también es el nuestro?
 
Desde la RSP Alto Jarama quisiéramos pedir a las administraciones públicas que se abran todas las puertas, las ventanas y los a-brazos para acoger a todas las personas que sólo están intentando sobrevivir, que huyen de la muerte (por guerra, por hambre, por sequía....), muertes de las que, en alguna medida, somos responsables, por no haber siquiera sabido de ellas hasta ver a un niño varado en la playa. 
 
“La solidaridad es la ternura de los pueblos” Eduardo Galeano